La Calçotada es una fiesta gastronómica típica de la región occidental de Catalunya; originaria de Valls (Tarragona) en las últimas décadas se ha extendido y puede degustarse en casi cualquier parte de la comunidad durante el final del invierno y comienzos de la primavera; los calçots son una variedad de cebolletas especialmente cultivada para este propósito.
Se trata de cebollas tiernas que se mantienen bajo tierra todo el tiempo, para que estén lo más tiernas posible. A esta acción se le llama "calçar" (calzar) las cebolletas. El payés va calzando las cebolletas de tierra, para que no les dé el sol y se mantengan blancas. De ahí viene el nombre de calçots y de ahí el rito de la CALÇOTADA.
Luego se asan dentro de las brasas con su vaina exterior, para que se asen muy bien por dentro sin quemarse más que el exterior.
Este plato se come con los dedos y con un babero o delantal.
Se sirven sobre una teja (de verdad de tejado). Entonces cada uno coge con los dedos la parte de la base de la vaina, con una mano y con la otra mano tira de la parte central de las hojas, para quedarse con la parte central, blanca y tierna de la cebolla en la mano.
Se moja el calçot en un cuenco individual, que tiene cada comensal de Salsa Romesco y se lleva a la boca.